04 Feb Cómo instalar mosaicos de vidrio
Los mosaicos de vidrio no parecen verse afectados por el paso del tiempo ni mucho menos por las modas del momento. Inmutables en su encanto, permanecen desde hace siglos una de las soluciones de interiorismo más apreciadas en todo el mundo, tanto si se instalan en grandes superficies como si deben resaltar columnas, nichos, rincones o microambientes. Como por ejemplo la cabina de ducha (¿ya viste nuestro artículo sobre cómo elegir el mosaico de vidrio para el baño? Lo encuentras aquí).
La instalación de un mosaico de vidrio es una operación específica que requiere competencia, experiencia y el uso de métodos bien definidos para llegar al resultado excepcional que este tipo de superficie merece. Veamos juntos algunas nociones.
Las aplicaciones típicas de los mosaicos de vidrio
El mosaico de vidrio no se utiliza simplemente para delimitar una superficie, sino para realzar, embellecer y dar carácter al entorno en su conjunto.
Estas soluciones se pueden aplicar tanto en superficies verticales, es decir, en pared lineal, en curva o en ángulo, como en el piso (un ejemplo clásico es en los platos de ducha, una gran necesidad de los baños contemporáneos). En ambos casos, la instalación debe realizarse con la máxima atención para garantizar una gran estabilidad al soporte y para no invalidar el rendimiento estético de las baldosas que irán a componer el mosaico.
Actualmente, los mosaicos de vidrio encuentran espacio en los contextos más diversos: desde los ambientes residenciales a los comerciales, desde las habitaciones de hotel a los spa, saunas y centros de bienestar, pero también como adjuntos en las paredes de baldosas. Para cada uno de ellos será necesario cumplir los requisitos específicos de colocación y utilizar materiales adecuados (morteros para fugas y adhesivos en primer lugar) en los lugares a colocar. Por ejemplo, no hace falta decir que una aplicación a pared no soportará el mismo tráfico que un mosaico aplicado al suelo!
Veamos juntos algunas reglas generales.
Instalar mosaicos de vidrio
Cualquiera que sea la aplicación a la que está destinado el mosaico de vidrio, la importante operación preliminar a partir de la cual comenzar consiste en la verificación del soporte, que deberá ser:
- Planar: especialmente si el mosaico de vidrio es de espesor mínimo, por ejemplo 3 milímetros. Recordemos, en efecto, que los adhesivos, cuando se empleen como rasantes, podrán corregir sólo pequeñísimas irregularidades, mientras que en caso de ausencias importantes de planeidad será necesario, ante todo, proceder con adecuados rasantes de cemento.
- Maduro: esto significa que, en el caso de que el mosaico de vidrio de ser colocado sobre un soporte de hormigón o yeso, deberá dejarse secar adecuadamente para evitar la formación de fisuras y grietas de retiro higrométrico.
- Seco: para que la aplicación del mosaico de vidrio pueda realizarse según las reglas del arte, la humedad en el soporte no deberá superar el 4% si éste es a base de cemento, y el 1% si es a base de yeso.
- Limpio y resistente: es decir, libre de polvo o de cualquier otra sustancia depositada y, en su caso, consolidado con cebadores compatibles.
Una vez preparado el soporte, la colocación del mosaico de vidrio comenzará trazando sobre la superficie vertical u horizontal una línea de referencia. Será importante utilizar un nivel que servirá como guía de colocación.
A continuación, se mezclará el mortero adhesivo respetando plenamente las proporciones e instrucciones indicadas en la hoja del producto, de manera que el encolado sea óptimo. El mortero listo deberá aplicarse gradualmente a la parte de la pared o del suelo situada por encima de la placa, seguida de una hilera de azulejos o baldosas del mosaico.
Es importante que cada una de ellas se adhiera correctamente al soporte: en este caso, puede utilizar un mazo de goma para colocar delicados golpes en el mosaico. Recuerda que estamos hablando de un producto de vidrio y se debe prestar la debida atención.
Una vez completada la aplicación hilera tras hilera de todo el mosaico, se limpiará el exceso de mortero adhesivo con una esponja húmeda y se dejará secar la superficie durante al menos 24 horas.
Por último, recuerda que las posibles fugas presentes no deben estucar inmediatamente, sino al menos un día después de la colocación del mosaico. Las fugas son un elemento muy importante que contribuirá tanto a la estabilidad como a la estética del trabajo terminado, y se pueden personalizar con estuco de color para que sea aún más original y valioso.
El estuco se aplicará a todas las filas, eliminando los excesos como se haría con un yeso normal, y siempre con la ayuda de espátulas de estuco. Una vez terminado el trabajo, podrás pasar una esponja húmeda por toda la superficie para eliminar cualquier residuo: es aconsejable proceder en este sentido antes de que el estuco se seque. En caso de residuos muy resistentes, se podrán utilizar detergentes específicos, normalmente utilizados para la limpieza al final de la obra.
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